El pasado 17 de agosto, la península yucateca fue escenario de una emotiva Jornada por las Vocaciones Nativas. Esta significativa celebración, realizada en tierras mayas ricas en tradición y espiritualidad, destacó por la amplia participación de comunidades que durante semanas se prepararon bajo el lema «Llamados a formarse para ser artesanos de esperanza».
Un compromiso a nivel nacional
La Unión de Enfermos Misioneros (UEM) jugó un papel fundamental en la preparación de esta jornada, organizando en múltiples comunidades rosarios misioneros, horas santas, catequesis especializadas y colectas solidarias. Estas iniciativas no solo lograron recaudar recursos importantes para la formación de vocaciones en las iglesias jóvenes, sino que también fortalecieron el tejido misionero nacional.
Yucatán: Tierra fértil para las vocaciones
La elección de Yucatán como sede de esta campaña resultó especialmente significativa, pues esta región, cuna de la civilización maya y tierra de profundas raíces espirituales, ofreció un marco ideal para reflexionar sobre el llamado divino y la necesidad de formar nuevos evangelizadores comprometidos con las realidades locales.
La diversidad cultural y la riqueza patrimonial de la península yucateca sirvieron como recordatorio de que las vocaciones nativas emergen desde las propias comunidades, enriquecidas por sus tradiciones y comprometidas con la transformación social desde el Evangelio.
Frutos de esperanza
Esta jornada reafirmó que toda la Iglesia está llamada a colaborar en la construcción de esperanza, particularmente a través del acompañamiento de quienes responden generosamente al llamado de Dios para el servicio sacerdotal, religioso o consagrado.
Concluimos esta celebración misionera con el corazón renovado y el compromiso de continuar promoviendo las vocaciones nativas como una prioridad pastoral, conscientes de que, en estas tierras mexicanas, especialmente en regiones como Yucatán, existe un semillero extraordinario de futuros misioneros y evangelizadores.
La Campaña por las Vocaciones Nativas continúa siendo una prioridad para las Obras Misionales Pontificias Episcopales de México, fortaleciendo la dimensión misionera de nuestras comunidades.






