Del 3 al 5 de junio, el P. Antonio de Jesús Mascorro Tristán, MG, participó en el XXVI Encuentro Nacional de Vicarios de Pastoral y Secretarios de Comisiones y Dimensiones Episcopales, realizado en la sede de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), Casa Lago, en la Ciudad de México.

A este encuentro asistieron, además de las Obras Misionales Pontificio Episcopales (OMPE) México, aproximadamente 110 personas entre Vicarios de Pastoral y Secretarios, provenientes de 95 diócesis, 4 prelaturas, 8 Comisiones Episcopales y 39 dimensiones pastorales.

Durante el acto de bienvenida, Mons. Ramón Castro, Presidente de la CEM, subrayó que la Iglesia en México atraviesa un momento significativo, marcado por los desafíos sociales y eclesiales del país, así como por un contexto global que interpela profundamente la acción pastoral. Por ello, invitó a los participantes a vivir este espacio como un verdadero ejercicio de discernimiento sinodal, abiertos a la acción del Espíritu Santo.

Por su parte, Mons. Héctor Mario Villarreal, Secretario General de la CEM, explicó que este es uno de los dos encuentros anuales que se realizan con el propósito de fortalecer la integración de la pastoral en una única misión. Señaló que la función de la CEM en este contexto es animar, coordinar, ofrecer subsidios, comunicar y fortalecer la comunión, para que cada diócesis pueda cumplir mejor su tarea evangelizadora. Para llevar esto a la acción, se han constituido 8 comisiones episcopales y 39 dimensiones, que actúan como brazos operativos.

Con la intención de promover la vinculación y animación pastoral, se desarrollaron diversas actividades: momentos de diálogo para presentar el ser y quehacer de cada comisión y dimensión; una dinámica para visualizar su presencia y acción en las diócesis; y la organización de grupos de trabajo enfocados en diseñar estrategias pastorales que articulen los acuerdos surgidos durante la jornada, con base en las realidades locales de cada región.

El último día del encuentro inició con la celebración eucarística y el rezo de laudes, presididos por Mons. Héctor Mario Pérez y concelebrados por Mons. Felipe Pozos, segundo vocal del Consejo de Presidencia. En su homilía, Mons. Pérez afirmó: «Nadie sigue al Señor simplemente porque lo considera una buena idea o una persona admirable. Lo seguimos porque Él nos amó primero, porque tocó nuestro corazón y nos invitó a entrar en su comunión». Subrayó también que la vocación —sea al sacerdocio, la vida consagrada o el compromiso laical— no se elige por mérito propio, sino que es una gracia que brota del corazón de Cristo.

Las OMPE México agradecen cordialmente la invitación a este espacio eclesial y reafirman su compromiso de colaboración con los obispos y arzobispos de México, promotores de la fe, de la justicia social, de la construcción de la paz y de la atención a las necesidades espirituales y materiales del pueblo de Dios.