HISTORIA

La Pontificia Obra de la Propagación de la Fe surgió en Lyon, Francia, en 1822, por un grupo de laicos, con Paulina Jaricot como figura central. Este grupo tomó la iniciativa de recaudar fondos a favor de las misiones y de orar diariamente por la evangelización del mundo, por la perseverancia en la fe de parte de los católicos y por la prosperidad de las comunidades cristianas en los territorios extranjeros de misión.
A partir de 1928 la Obra fue erigiéndose progresivamente en las Iglesias de los territorios de misión. Actualmente existe en más de 147 países. La Obra recibió el estatuto Pontificio el 3 de mayo de 1922 y su sede central fue transferida de Lyon a Roma; convirtiéndose de esta manera en el órgano oficial de la Iglesia para la cooperación misionera.
A finales del año de 1839, diecisiete años después de la fundación de la Obra de la Propagación de la Fe, el Consejo Central de esta Obra dirigió una invitación a los Señores Obispos de México, para que conocieran y nombraran en sus Diócesis un encargado o corresponsal de la Obra. Existe la posibilidad de que esta Obra haya sido conocida antes de 1841; sin embargo, no hay noticia de ello hasta este mismo año, siendo el primer propagandista Don Juan Bascones, español radicado en México.